A qué edad empiezan a gatear los bebés

¿A qué edad empiezan a gatear los bebés?

¿A qué mes gatean los bebés?

El gateo es una de las etapas más emocionantes en el primer año de vida de un bebé. Representa el inicio de su capacidad para moverse por sí mismo y explorar el entorno. Sin embargo, no hay un mes exacto y universal en el que todos los bebés comiencen a gatear. Cada niño sigue su propio ritmo de desarrollo, y las variaciones pueden ser considerables entre uno y otro. A continuación, abordamos en detalle a qué edad suelen gatear los bebés, los diferentes tipos de desplazamiento que pueden usar, las señales previas al gateo, sus beneficios y qué hacer si tu bebé tarda en gatear o no lo hace, incluyendo cuándo conviene buscar ayuda de un especialista.

Edad promedio en la que los bebés comienzan a gatear

La mayoría de los bebés empiezan a gatear entre los 6 y 10 meses de edad, aproximadamente. Estudios pediátricos señalan que alrededor de los 8 meses es común ver el primer desplazamiento en el suelo. Por supuesto, este rango es orientativo: algunos bebés pueden comenzar un poco antes y otros después de los 10 meses sin que ello suponga ningún problema. Incluso algunos bebés se saltan por completo la etapa de gateo y pasan directamente a intentar ponerse de pie y caminar.

Es importante recordar que cada bebé es único y alcanza sus hitos motrices a su propio ritmo. Por ejemplo, los bebés que nacieron prematuros pueden requerir algunas semanas adicionales (edad corregida) para lograr estos avances. Lo esencial es que el bebé siga progresando en su desarrollo general. Si un bebé de 10-12 meses no gatea pero ya intenta ponerse de pie o dar pasos apoyándose en los muebles, probablemente esté alcanzando sus hitos motrices de otra forma y no hay por qué alarmarse. En cambio, si a esa edad no muestra ninguna forma de movilidad autónoma (ni gateo, ni arrastre, ni intención de ponerse de pie), puede ser momento de evaluar la situación más de cerca. En cualquier caso, comparar a un bebé con otros de su misma edad no es recomendable, ya que las diferencias individuales son normales. Ante dudas sobre si su desarrollo va bien, lo mejor es consultarlo con el pediatra en los controles de rutina.

Diferencias entre tipos de desplazamiento: arrastrarse, gateo clásico, gateo de osito, reptado, etc.

No todos los bebés gatean de la misma manera. De hecho, existe una variedad de formas en que pueden desplazarse antes de aprender a caminar. Algunos pequeños emplean el gateo clásico, mientras que otros se arrastran sobre el vientre o encuentran modos alternativos de moverse. A continuación describimos los estilos más comunes de desplazamiento en esta etapa:

  • Gateo clásico o cruzado: Es la forma tradicional de gatear. El bebé apoya las manos y las rodillas en el suelo, avanzando de manera coordinada moviendo un brazo y la rodilla opuesta al mismo tiempo. Este patrón cruzado (diagonal) es el que generalmente viene a la mente cuando pensamos en un bebé gateando, y es considerado el método más eficiente y simétrico de desplazamiento a cuatro patas.
  • Gateo de oso: El bebé levanta el culete manteniendo las rodillas extendidas, de modo que se desplaza apoyando las manos y los pies (como un osito caminando). En este estilo, las piernas están estiradas y las rodillas no tocan el suelo. Algunos bebés adoptan esta postura cuando ya tienen más fuerza en las piernas; aunque es una variante normal, podría indicar que están intentando ponerse de pie pronto o evitar apoyar las rodillas.
  • Reptado o arrastre (estilo comando): En este tipo de desplazamiento el bebé se mueve cuerpo a tierra, arrastrando la barriga contra el suelo. Avanza impulsándose con los antebrazos y empujando con las piernas, casi como un soldado reptando. Muchos bebés comienzan moviéndose así antes de lograr el gateo clásico. Es habitual verlo alrededor de los 7-8 meses, cuando aún no tienen suficiente equilibrio para levantar el abdomen del suelo.
  • Desplazamiento sentado (con el culete): En lugar de ponerse en posición de cuadrupedia, algunos niños se sientan y avanzan deslizando sus nalgas hacia adelante. Se ayudan empujando con las manos en el suelo y con alguna de las piernas. A este estilo se le llama coloquialmente «deslizamiento del culito«. El bebé va dando pequeños saltitos sentado o arrastrando el trasero para moverse.
  • Gateo de cangrejo: Es una variante menos común en la cual el bebé se desplaza hacia atrás o de lado, en vez de hacia adelante. Usualmente apoyan manos y rodillas, pero por su coordinación terminan empujándose hacia atrás (muchos bebés comienzan gateando al revés, retrocediendo involuntariamente). Se le llama cangrejo por ese desplazamiento lateral o hacia atrás.
  • Rodamiento: Algunos bebés descubren que pueden llegar a donde quieren rodando sobre sí mismos. Este no es propiamente un “gateo”, pero sí una forma de desplazarse: el niño rueda de barriga a espalda y viceversa sucesivamente para cambiar de lugar. Muchos alternan el rodar con otros estilos antes de lograr gatear.

Estas variantes son completamente normales. Lo importante es que el bebé logre moverse por sí solo de algún modo para explorar su entorno. Con el tiempo, la mayoría tenderá hacia el patrón clásico contralateral, que ofrece más estabilidad, pero mientras tanto cualquier estilo de desplazamiento es válido. Algunos expertos consideran que si un bebé persiste únicamente en estilos como arrastrarse con el abdomen o ir sentado, podría necesitar fortalecimiento muscular para eventualmente gatear a cuatro patas. En general, conviene darle libertad al bebé para que encuentre su forma de moverse, asegurando siempre un entorno seguro. No hay que forzarlo a adoptar un estilo exacto, pero se puede estimular el patrón cruzado (por ejemplo, ayudándole gentilmente a mover mano derecha con rodilla izquierda y viceversa en juegos) para favorecer la coordinación bilateral.

Señales de que el bebé está preparado para empezar a gatear

El gateo no ocurre de un día para otro; suele haber indicios previos de que el bebé está ganando la fuerza y coordinación necesarias. Antes de que den su primer avance significativo en el suelo, los bebés pasan por una serie de hitos preparatorios. Algunas señales claras de que un bebé podría estar listo para gatear pronto son:

  • Se apoya en los brazos y levanta el pecho boca abajo: Durante el tummy time (tiempo boca abajo), notarás que el bebé comienza a empujarse con las manos y a levantar la cabeza y parte del pecho del suelo. Esta mini “lagartija” fortalece sus brazos, hombros y cuello, y es un paso importante hacia el desplazamiento.
  • Desarrolla fuerza en piernas y brazos al empujar: Alrededor de los 5-6 meses, muchos bebés empiezan a dar pataditas fuertes cuando están boca abajo e incluso a flexionar las rodillas bajo el vientre. También desde la posición boca arriba levantan las piernas o se agarran los pies. Toda esta actividad indica que están fortaleciendo el tren inferior y superior, preparándose para soportar peso sobre cuatro puntos.
  • Intenta cambiar de posición o desplazarse: Un signo claro es cuando el bebé logra rodar por sí mismo (darse vuelta de boca arriba a boca abajo y viceversa). Después de rodar, puede que intente pivotar sobre la barriga para alcanzar juguetes a su alrededor, o que se arrastre unos centímetros hacia adelante. Estos intentos, aunque sean torpes, muestran su motivación por moverse.
  • Se mece en posición de cuatro puntos: Es muy típico ver al bebé, estando ya sobre manos y rodillas, balancearse hacia adelante y atrás. Al inicio puede que solo logre quedarse estático en la postura de “cuatro patas” y comience a mecer su cuerpo. Este balanceo es una manera de practicar el equilibrio y la coordinación necesaria para avanzar. A veces, en esta etapa previa, los bebés empujan sin querer hacia atrás (gateo hacia atrás) antes de entender cómo avanzar hacia adelante.
  • Intenta impulsarse hacia adelante: Finalmente, empieza a hacer movimientos de lanzamiento: desde la postura en cuatro puntos, algunos cavan con las rodillas contra el suelo y se impulsan, o se dejan caer hacia adelante estirando los brazos. Puede que logre avanzar apenas unos centímetros, pero con cada intento ganará más coordinación.

Estas conductas suelen aparecer en el segundo semestre de vida y son indicadores de que el bebé está cercano a gatear. Cabe destacar que para iniciar el gateo también es importante que el bebé haya alcanzado otros hitos previos, como sentarse sin apoyo. Un bebé que ya se sienta solo (habilidad que suele dominarse hacia los 6-7 meses) tiene el tronco más fortalecido y un mejor sentido del equilibrio, lo que facilita mucho que pueda colocarse en posición de gateo. En resumen, si tu bebé muestra varias de estas señales, es muy probable que en poco tiempo intente desplazarse por sí mismo. Solo asegúrate de brindarle oportunidades seguras para practicar (espacios en el suelo, supervisión constante) y estímulos motivadores como juguetes para alcanzar.

Beneficios del gateo en el desarrollo motor, cognitivo y emocional

Permitir que el bebé gatee libremente aporta numerosos beneficios para su desarrollo físico y mental. Aunque años atrás el gateo se consideraba opcional, hoy se sabe que esta etapa enriquece al bebé de múltiples maneras. A continuación, resumimos los principales beneficios del gateo en distintas áreas del desarrollo:

  • Desarrollo motor y fortaleza física: Gatear es un ejercicio completo que fortalece los músculos de todo el cuerpo: brazos, piernas, espalda, cuello e incluso manos y pies. Al moverse a cuatro patas, el niño tonifica su musculatura y desarrolla la curvatura natural de su columna vertebral, algo fundamental para más adelante poder mantenerse erguido. También mejora su equilibrio y coordinación general, ya que necesita mantener la estabilidad mientras se desplaza. Este control del cuerpo en movimiento le preparará para habilidades posteriores como caminar, correr, subir escaleras e incluso para la motricidad fina que requerirá al escribir o manipular objetos pequeños.
  • Coordinación bilateral y desarrollo cerebral: El clásico patrón de gateo cruzado (avanzar con brazo y pierna opuestos) ayuda a integrar los dos hemisferios cerebrales. Cada vez que el bebé coordina derecha e izquierda de forma alternada, está creando conexiones neuronales importantes para la sincronización de ambos lados del cuerpo. Esto no solo le sirve para gatear, sino que sienta bases neurológicas para actividades futuras que implican coordinación, desde deportes hasta habilidades manuales. Gatear también mejora la coordinación ojo-mano: el bebé debe mirar hacia donde quiere ir y al mismo tiempo mover sus extremidades para lograrlo, afinando la sincronización entre la vista y el movimiento. Además, al desplazarse explora con el tacto distintas texturas del suelo y objetos, integrando información sensorial que estimula su desarrollo cerebral.
  • Cognitivo: exploración, aprendizaje y visión espacial: Cuando un bebé comienza a moverse por su cuenta, se abre ante él un mundo de descubrimientos. Gatear le permite explorar su entorno de manera activa, lo cual enriquece su curiosidad y su capacidad de aprendizaje. Por ejemplo, al gatear aprende conceptos de espacio y distancia: comprende qué tan lejos están sus juguetes, calcula cómo alcanzarlos y descubre nuevos caminos para llegar a donde quiere. También practica la visión binocular al enfocar la vista en objetos cercanos y lejanos mientras avanza, lo que contribuye a perfeccionar la percepción de profundidad y será útil más adelante para habilidades como la lectura. Asimismo, la necesidad de sortear obstáculos durante el gateo (rodear un cojín, pasar por debajo de una mesa) fomenta su capacidad de resolución de problemas de forma temprana.
  • Desarrollo emocional y social: Aunque pueda sorprender, gatear influye también en el plano emocional. Al lograr desplazarse por sí mismo, el bebé gana autonomía y confianza. La posibilidad de ir hacia un juguete deseado o acercarse a mamá y papá sin ayuda le brinda una sensación de logro y fortalece su autoestima. Esta independencia en movimiento puede hacerlo sentir más seguro para explorar nuevas áreas de la casa, reduciendo ciertas frustraciones (por ejemplo, ya no depende totalmente de que un adulto le acerque los objetos que quiere). En el aspecto social, al poder moverse el bebé puede interactuar más: puede seguir a sus cuidadores de una habitación a otra, acercarse a otros niños para iniciar un juego, o mostrar lo que encuentra interesante. Todo esto enriquece sus experiencias y le aporta confianza en sí mismo.

En resumen, el gateo es mucho más que la antesala de caminar. Es una fase clave que integra aspectos motores, cognitivos y emocionales en el desarrollo del bebé. Por ello, los especialistas suelen animar a que se permita y estimule a los bebés a gatear todo lo posible antes de dar sus primeros pasos. Aunque un niño que no gatee puede desarrollarse normalmente, perderá la oportunidad de practicar todas estas habilidades en conjunto. Vale la pena entonces acompañarlo y animarlo durante esta etapa tan beneficiosa.

Qué hacer si un bebé no gatea a la edad esperada

Algunos padres se preocupan si su hijo llega a cierto mes y no ha comenzado a gatear. Primero que nada, es importante entender que no todos los bebés gatean, y eso no significa automáticamente que algo esté mal. Como mencionamos, un porcentaje de bebés saludables omiten el gateo y pasan directamente a la marcha bípeda. Dicho esto, si el bebé ha alcanzado los 10 o 11 meses y no muestra interés en moverse de ningún modo, podemos ayudarle brindándole oportunidades y estímulo, pero sin presionar.

Aquí hay algunas estrategias recomendadas por pediatras y especialistas en desarrollo para animar al bebé a gatear, en caso de que esté tardando en hacerlo:

  • Aumentar el “tummy time”: Procura que tu bebé pase más tiempo jugando boca abajo cuando esté despierto (siempre bajo supervisión). Colocarlo en posición prona le ayuda a fortalecer los músculos del cuello, espalda y brazos necesarios para gatear. Puedes empezar con intervalos cortos varias veces al día desde los primeros meses, para que se acostumbre a esa postura y la disfrute.
  • Colocar incentivos fuera de su alcance: Una manera efectiva de motivar el desplazamiento es poner sus juguetes favoritos justo fuera de su alcance durante el juego en el suelo. Anima al bebé a agarrarlos; ese pequeño desafío suele invitarlo a estirarse, rodar o intentar moverse para conseguirlos. A medida que muestre progreso, ve alejando un poco más el objeto para fomentar que se desplace más distancia.
  • Juegos que inviten al movimiento: Actividades sencillas como hacer rodar una pelota frente al bebé pueden estimularlo a perseguirla gateando. También puedes tú mismo colocarte a poca distancia y llamarlo o mostrarle algún objeto llamativo para que intente acercarse. Hacer un “túnel” con cajas acolchadas o almohadas por el que deba pasar gateando convierte la práctica en un juego divertido.
  • Limitar el tiempo en dispositivos de retención: Evita que el bebé pase demasiado tiempo del día sentado en sillas, cochecitos, hamacas o parques cerrados. Estos dispositivos, aunque útiles en ciertos momentos, si se usan en exceso restan oportunidades al pequeño para explorar libremente el suelo. Intenta darle ratos diarios de libertad de movimiento en un espacio seguro de la casa, sobre una manta en el piso, para que experimente distintas posturas.
  • No usar andadores (“taca-tacas”): Los andadores con ruedas que sostienen al bebé en posición semi-vertical no solo no aceleran el aprendizaje de la marcha, sino que pueden interferir con el desarrollo natural. Además de ser considerados inseguros, hacen que el bebé adopte posturas forzadas para las que aún no está musculado. Los expertos desaconsejan su uso, pues pueden retrasar el desarrollo psicomotor al impedir que el niño fortalezca adecuadamente su tren inferior mediante el gateo y la caída-controlada. Es mejor dejar que el bebé gatee a su ritmo y se ponga de pie por sí solo cuando esté listo, sin adelantar etapas.

Al poner en práctica estas recomendaciones, muchos bebés comienzan a mostrar progresos. Recuerda celebrar y reforzar cada pequeño avance de tu hijo, por pequeño que sea, ya sea que logre empujarse hacia adelante medio metro o que finalmente se sostenga en cuatro puntos sin caerse. La paciencia y el apoyo positivo son clave. Nunca se debe forzar al bebé ni mostrar frustración si tarda un poco más; ejercer presión excesiva puede ser contraproducente. Cada niño tiene su propio tempo de desarrollo. Mientras el bebé siga intentando moverse y ganando habilidades (aunque no sean exactamente el gateo clásico), normalmente no hay de qué preocuparse.

Cuándo consultar con un especialista

Aunque las variaciones en el desarrollo motor infantil son amplias, existen situaciones en las que es prudente buscar la evaluación de un pediatra o especialista en desarrollo infantil. ¿Cuándo debería preocuparme? En general, se recomienda consultar si:

  • Ausencia total de movilidad a los 12 meses: Si al cumplir el año el bebé ni gatea ni se desplaza de ningún modo (no rueda, no se arrastra, no intenta pararse apoyándose), conviene comentarlo con el pediatra. A esta edad, aunque no todos gateen, la mayoría al menos logra cambiar de posición o desplazarse de alguna forma. La ausencia de cualquier intento podría ameritar una valoración del desarrollo motor.
  • Retraso en hitos previos o asociados: Si además de no gatear, el bebé presenta dificultades con otros hitos esperables para su edad —por ejemplo, aún no puede sentarse sin apoyo alrededor de los 9 meses, no se voltea de espalda a boca abajo en ningún momento, o con 12 meses no puede sostener peso en sus piernas cuando lo ayudas a pararse—, es importante consultarlo. El especialista revisará si hay algún problema de tono muscular, fuerza o coordinación que necesite atención.
  • Uso predominante de un solo lado del cuerpo: Si se observa que el bebé, al moverse o jugar, siempre usa el mismo lado (por ejemplo, se arrastra apoyándose solo en el brazo derecho y arrastrando el izquierdo, o mantiene una mano casi siempre cerrada), podría indicar alguna dificultad neurológica o muscular. En tal caso, una evaluación temprana es necesaria.
  • Otras señales de alarma en el desarrollo: Los pediatras vigilan una serie de signos de alarma en el desarrollo psicomotor. Por ejemplo, un bebé mayor de 10 meses que no responde al contacto visual, no balbucea ni muestra interés por el entorno además de no moverse, requeriría una valoración más global. Si solo se retrasa el gateo pero en lo demás progresa bien, suele ser tranquilizador; pero si hay retrasos generales, la consulta es obligada.

En cualquier circunstancia, ante la duda es mejor consultar. Un pediatra podrá evaluar si el desarrollo de tu hijo es acorde a su edad o si existe algún retraso significativo. Muchas veces, la respuesta será que todo entra dentro de la normalidad de la variabilidad infantil (por ejemplo, decirte que algunos niños no caminan hasta los 16-18 meses, lo cual puede ser normal, o que ciertos bebés sanos nunca gatean). Otras veces, la consulta servirá para detectar a tiempo algún problema de fondo, como hipotonía muscular, trastornos neurológicos leves o simplemente orientar a la familia con pautas de estimulación adicionales.

En resumen, cada bebé alcanzará el gateo (o encontrará una forma alternativa de moverse) en el momento que le corresponda. La mayoría lo hará alrededor de los 8-9 meses, pero algunos antes y otros después. Observa a tu hijo, fomenta su desarrollo con juegos y un entorno seguro, y disfruta acompañándolo en sus logros. Si ves que necesita ayuda adicional o que algo no marcha bien, confía en tu instinto y consulta con un especialista. El gateo es una etapa maravillosa, pero no es una carrera; con apoyo y tiempo, tu bebé encontrará su camino hacia la movilidad independiente.

Referencias

Neuropediatra J.M. Ramos – “Mi niño no gatea” (Blog, ene 2024). Expone claves del desarrollo del gateo desde el punto de vista neurológico. Recalca la necesidad de suficiente tiempo boca abajo y espacio para que el bebé gatee (muchos lo logran hacia los 10 meses si se les brinda la oportunidad) (Mi niño no gatea – Neuropediatra en Málaga). Recomienda consultar al pediatra ante cualquier preocupación sobre retrasos en el desarrollo motor (Mi niño no gatea – Neuropediatra en Málaga).

Pediatría ViKids – “¿Cuándo empiezan a gatear los bebés?” (Blog de Clínica Pediátrica, 2023). Detalles sobre la edad promedio de inicio del gateo (6-10 meses) y recordatorio de la variabilidad individual (¿Cuándo empiezan a gatear los bebés? – Vikids) (¿Cuándo empiezan a gatear los bebés? – Vikids).

BabyCenter en español – “Mi bebé no gatea todavía, ¿es normal?” Revisión pediátrica por D. Rosenberg, MD. Explica que la edad promedio de gateo es 8 meses y muchos bebés pueden tardar más o incluso saltar esta etapa (Mi bebé no gatea todavía, ¿es normal? | BabyCenter) (Mi bebé no gatea todavía, ¿es normal? | BabyCenter).

Dodot (Dodot.es) – “¿Cuándo empiezan a gatear los bebés?” (Actualizado en enero 2023). Artículo para padres con consejos sobre el gateo. Incluye señales previas al gateo (ej. mecerse en cuatro puntos) y enumera diferentes estilos de desplazamiento en bebés: clásico, oso, barriga, culito, cangrejo, rodar (¿Cuándo empiezan a gatear los bebés? | Dodot) (¿Cuándo empiezan a gatear los bebés? | Dodot).

Consumer Eroski – “Por qué debes dejar gatear a tu bebé” por M. Huidobro (Marzo 2023). Cita a podólogos infantiles sobre los beneficios del gateo en el desarrollo físico, cognitivo y emocional: fortalecimiento muscular, patrón cruzado, coordinación ojo-mano, autonomía, etc. (Beneficios del gateo para el bebé | Consumer ) (Beneficios del gateo para el bebé | Consumer ).

Podoactiva (Blog, Sep 2024) – “Beneficios del gateo. Cómo estimular el gateo del bebé” por A. Barniol (podóloga infantil). Explica en profundidad las ventajas del gateo (integración de hemisferios cerebrales, equilibrio, visión binocular, motricidad fina) (Beneficios del gateo. Cómo estimular el gateo del bebé – Podoactiva. Podología y biomecánica) (Beneficios del gateo. Cómo estimular el gateo del bebé – Podoactiva. Podología y biomecánica), describe tipos de gateo según clasificación científica (Beneficios del gateo. Cómo estimular el gateo del bebé – Podoactiva. Podología y biomecánica) (Beneficios del gateo. Cómo estimular el gateo del bebé – Podoactiva. Podología y biomecánica), y ofrece consejos para estimular esta etapa evitando saltarla (Beneficios del gateo. Cómo estimular el gateo del bebé – Podoactiva. Podología y biomecánica) (Beneficios del gateo. Cómo estimular el gateo del bebé – Podoactiva. Podología y biomecánica).

Abrazando su Desarrollo (Mx) – “El gateo y sus variantes” (Guía 9-11 meses). Aclara que la forma ideal es el gateo estándar en cuatro puntos, pero describe desplazamientos compensatorios (oso, sentado, remo, arrastre pecho tierra) y sugiere ejercicios para fortalecer al bebé en cada caso (El gateo y sus variantes – Abrazando su desarrollo) (El gateo y sus variantes – Abrazando su desarrollo). Enfatiza la importancia del patrón cruzado para la coordinación bi-hemisférica (El gateo y sus variantes – Abrazando su desarrollo).

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